LOS PANCHOS

Todo comenzó con una taza de café un hermoso día
de primavera, en mayo del 2018. Habíamos hecho
match en Tinder (como los románticos modernos
que somos), e Ignacio iba a estar por «casualidad»
en el centro de Bergen – la ocasión perfecta para conocernos.
Al final fuimos a una cafeteria llamada "Espresso House", donde la
conversación fluyó desde el primer momento. El
tiempo pasó volando, hasta que, amablemente, nos pidieron
que nos retiráramos ya que estaban cerrando.
Pero ninguno de los dos quería decir adiós, así que
seguimos caminando por la ciudad, riendo, compartiendo
historias y encontrando esa conexión especial.
Finalmente, nos sentamos en un banco frente
al teatro, y allí estuvimos – dos personas, una
conversación larga y el inicio de algo muy bonito.

Desde ese entonces hemos compartido muchas
aventuras, grandes y pequeñas. Hemos cruzado el
Atlántico juntos (en avión a Chile, claro – no somos
tan aventureros), recorrido Noruega del sur a norte
en nuestro querido PanchoVan, y, lo más valiente
de todo, sobrevivido a dos remodelaciones bastante
exigentes. Como se dice: las parejas que
sobreviven a una remodelacion, son invencibles.

Nos encanta crear cosas juntos – ya sean muebles,
rutas de viaje o recuerdos. Pero, sobre todo, nos
encanta estar juntos. Disfrutamos de la compañía
del otro, hablamos de todo y nos permitimos
 ser honestos y sensibles.

Tal vez por eso esto funciona tan bien.

La propuesta de matrimonio llegó en un
 momento difícil, cuando la vida cotidiana 
se sentía especialmente pesada. Necesitábamos
algo que nos ilusionara, que nos recordara el amor
y todo lo que compartimos. Ignacio sorprendió a
María con una noche romántica en el Scandic
Ørnen, donde se arrodilló frente a una ventana
panorámica con vistas a Bergen. Fue un momento
lleno de luz, calidez y esperanza – un símbolo
fuerte de que, incluso en los momentos difíciles, estamos juntos.
La noche continuó con sorpresas, tiempo de chicas, cena y spa – todo planeado
hasta el más mínimo detalle.

Nuestras raíces chilenas nos guiaron a tomar la
decisión de casarnos en un país de habla hispana.
Chile siempre tendrá un lugar muy especial en
nuestros corazones, pero esta vez quedaba un
poquito lejos. Por eso hemos elegido Alicante – una de las joyas más
queridas y soleadas de España – como el lugar para nuestra boda.